Blog EQUILIBRI - Coaching con caballos

COMO EL PERDÓN Y LA GRATITUD AUMENTAN NUESTRO SISTEMA INMUNITARIO Y COMO NOS AYUDAN LOS CABALLOS

Somos seres básicamente emocionales, sin embargo nuestro sistema educativo y la cultura occidental se basan en la importancia de nuestra cabeza.

Todas las emociones se traducen en sensaciones físicas al instante. Nos referimos a ellas en nuestro lenguaje:

  • se me erizan los pelos en la nuca,
  • se me encoge el corazón o el estómago,
  • siento mariposas en la barriga, etc.

Hoy hablaremos de EL PERDÓN Y LA GRATITUD y que emociones están asociadas a cada uno. También hablaremos de como las propias emociones han evolucionado.

Te invito a hacer un viaje en el tiempo. Imagina que estás en Africa hace 300.000 años. Vives en una tribu con pocos miembros. Tu media  de vida son unos 23,5 años. La única preocupación es la supervivencia. La prolongación de la especie no es algo en que pienses, simplemente ocurre, (igual ocurre con los demás animales que no son humanos e igual que los Caballos ahora y desde hace milenios).

Vivir juntos nos asegura una cierta seguridad y sobre todo es efectivo porque podemos conseguir más alimento juntos que separados.  Hay depredadores muy grandes.

Prácticamente toda nuestra evolución fisiológica tuvo lugar entonces. Tampoco nos daba mucho tiempo para adaptarnos a los problemas con los que nos enfrenamos hoy, como son la vejez y sus consecuencias en nuestro cuerpo. Con sólo 23 años ¿¡quién tiene problemas de huesos o articulaciones!?

No fuimos  agricultores hasta hace unos 10.000 - 11.000 años. Esto ocurrió cuando comenzamos a crear comunidades agrícolas, es decir cuando encontramos maneras de poder quedarnos fijos en un lugar. Habíamos aprendido a protegernos de nuestros depredadores de una manera eficaz con herramientas y a proveernos de alimentos sin necesidad de estar persiguiéndolo siempre.

Surgió el comienzo de nuestra espiritualidad - la escritura, el pensamiento matemático, y con ello surgieron preguntas como:

¿de dónde venimos?  ¿cómo llegamos aquí? ¿dónde vamos tras la muerte? etc.

Genéticamente nuestro cuerpo aún está aprendiendo a ser longevo y a las consecuencias que la longevidad nos ha traído, y aunque no lo parezca, 10.000 años en términos de evolución, no es nada.

Desde hace muy pocos años, en los 80 y 90, se comenzaron a hacer una gran cantidad de investigaciones y estudios científicos sobre las emociones y su impacto sobre nuestro sistema inmune. Concretamente hubo un factor que apareció constantemente:

que estados depresivos largos tienen un efecto tremendo en el sistema inmunológico y que estas personas son mucho más sensibles a contraer enfermedades, no sólo víricas sino a nivel celular también - como es el cáncer.

La práctica del perdón aumenta nuestro sistema inmunológico de un 20 a un 25%!

Un dato interesante - y es algo que no suele ofrecerse en prácticas ni de psicología ni cualquier otro tipo de atención a la salud mental, sino que se encuentra más en prácticas espirituales -  es el efecto que tiene el perdón en las emociones y cómo afecta a nuestra salud.

El perdón es una emoción relativamente nueva en nuestra evolución humana. El Perdón no es algo que estamos acostumbrados a practicar. Desde luego no el perdón de manera generalizada e incorporada en nuestra rutina diaria . Practicamos mucho el perdón cuando somos niños.

Y sabiendo el efecto que tiene la práctica del perdón en nuestro sistema inmunológico todavía no nos encontramos con una medicina alopática que nos recete la práctica del Perdón durante una semana antes que un complejo vitamínico.

El PERDÓN tiene mucho que ver con la culpa, ya sea la culpa que le echas a otros o la la culpa que te echas a ti mismo. Por lo tanto está conectado con una emoción negativa. Diremos que el perdón es la evolución positiva de una emoción negativa: resentimiento, envidia, enfado, juicio.

Por otro lado, las emociones positivas como alegría, amor, éxtasis, transcendencia, felicidad etc, están conectados con la GRATITUD.

Hay estudios empíricos psicológicos ortodoxos que demuestran que con tan sólo unas prácticas diarias de gratitud podemos aumentar nuestro sistema inmunológico de una manera impresionante.

Si aumentas tanto tus niveles de felicidad no les das mucho espacio a tus emociones negativas, como a la culpabilidad, el enfado, la rabia. etc.

Si mides tu sistema inmunitario después de ver una película que realmente te hace reír, y te pasas una hora riéndote, vas a ver que tu sistema inmunitario aumenta en un 20 a 25%!

Imagínate a nuestros ancestros en Africa hace 300.000 años. No conocían lo que era la gratitud. No tenían ni tiempo durante su vida diaria ni en su vida. Cuando te pasas el día en pleno estado de supervivencia y llega el anochecer no te sientas con tu tribu a comentar que agradecida estás por ese día, por la puesta de sol, por tu comunidad….sólo te preocupa cómo pasar la noche sin que te coman. Sin embargo sí que conocían la empatía, que es una emoción mucho más antigua. La empatía se sentía por miembros de la familia o de la tribu, pero no se extendía mucho más allá. No es como hoy en día, y más con las redes sociales, que podemos incluso sentir empatía por alguien que ni siquiera conocemos!

CABALLOS Y COACHING

Y te estarás preguntando ¿Qué tiene todo esto que ver con los Caballos y el Coaching?

CABALLOS

Todos sabemos que los Caballos son altamente sintientes. Captan nuestras emociones al instante. Todas nuestras emociones se traducen en sensaciones físicas y los Caballos lo recogen en una milésima de segundo - muchas veces antes de que nosotros mismos lo percibamos.

Escribí una frase hace muchos años: « Tal y como eres con los Caballos eres en tu vida y tus relaciones. »

Ofrecer nuestra “mejor versión de nosotros mismos” - algo que se dice comúnmente en coaching - cuando estamos entre caballos es un deber. Eso es también pensar en su bienestar.

Los Caballos no tienen anclajes emocionales como nosotros. Puede suceder que un Caballo muerda a otro, después de varios avisos anteriores, para tomar su espacio (cosa que ocurre con la comida focal). El Caballo mordido se aparta y seguirá comiendo en otro lugar. No hay un sentimiento de  rechazo o menosprecio o dolor emocional. Simplemente ha ocurrido y al minuto siguen en paz y tranquilos. Así que cuando estamos con ellos, si estamos en una emoción positiva, ellos nos lo agradecen porque entonces es agradable estar con nosotros. No se consigue mucho, y menos cuando se trata de domar un caballo, desde la frustración, la impaciencia, la ira o cualquier otra emoción negativa. Así, estando coherentes y tranquilos los Caballos nos comprenden.

Muchos de nosotros quizás hayamos venido de métodos tradicionales de trato duro con los Caballos. Esto significa que a medida que hemos ido evolucionando, aprendiendo y probando otras maneras, nos hemos visto con un sentimiento de culpabilidad de cómo tratábamos a los Caballos antes. Saber perdonarte es importante. Nadie - salvo que haya un desequilibrio emocional - ha tratado a su Caballo de manera dura e irracional intencionadamente: siempre es desde la ignorancia.

Saber perdonarte - porque no sabías más o porque tu entorno te repetía esa famosa frase de:  « Siempre se ha hecho así » -

nos descarga de la emoción de culpabilidad (negativa) convirtiéndola en una emoción de perdón (positiva).

EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS HEMOS VISTO  MULTIPLES INVESTIGACIONES SOBRE LOS BENEFICIOS QUE TIENEN LOS CABALLOS EN LOS HUMANOS.

Me alegro que se estén haciendo. Una, que convive con Caballos, lo sabe de sobras. Esa sensación inmediata de tranquilidad que sentimos cuando estamos con ellos. Nuestra respiración se ralentiza, estamos presentes, tomamos más conciencia de nuestra cuerpo.

Nuestros clientes también lo experimentan. Una persona con un ataque de ansiedad consigue calmarse en segundos solamente tocando un caballo.

  • Investigaciones demuestran que el tacto con un Caballo reduce el estrés a 26:12
  • La degeneración articular se reduce a 56:0

La gratitud es una emoción que nos abre y la sentimos como una sensación física agradable. Genera ondas electromagnéticas armoniosas y coherentes que se emanan desde nuestro corazón: lo que hoy en día se ha puesto tan de moda - la coherencia cardíaca o más conocido en el mundo de la ciencia como el biofeedback.

COACHING

Vale, y ¿qué tiene que ver todo esto con el Coaching con Caballos? Pues lo primero es conocer en qué emoción está nuestro cliente. Si está en un estado emocional positivo o negativo y en ambos casos, ¿qué genera la emoción?

En el caso del Perdón y la Gratitud - que es de lo que estamos hablando: como he dicho antes, el perdón viene de emociones negativas: tiene mucho que ver con la culpa. Una emoción negativa: resentimiento, envidia, enfado, juicio.

Un cliente frecuentemente nos viene con un juicio: sobre él o ella, sobre los demás, sobre un estado, sobre una situación, etc.

Durante una - o varias - sesiones descubrimos qué genera ese juicio y también descubriremos qué emoción ha generado la culpa?Acompañamos a que el cliente abra posibilidades de manera que pueda transitar desde el perdón a la gratitud. Es lo que llamamos trabajar las polaridades. Cuando un cliente es capaz de abrir su abanico de posibilidades, automáticamente eleva su autoestima, se empodera y siente gratitud.

Acuérdate : si aumentas tanto tus niveles de felicidad no le das mucho espacio a tus emociones negativas, a la culpabilidad, el enfado, la rabia. etc.

Ante todas las emociones, tanto negativas como positivas, los Caballos reaccionan y dan al profesional mucha información de qué está pasando internamente con el cliente. Sus reacciones pueden estar influenciadas por la persona que tiene delante, el presente, como está el Caballo en ese momento, incluso la climatología puede influir. Sí que hay reacciones comunes, por ejemplo un sentimiento de perdón que siente un cliente a menudo genera que un Caballo se acerque al plexo solar y un sentimiento de gratitud puede generar alegría en los Caballos: galopar, jugar, por ejemplo.

Te comparto una práctica para hacer cada día después de la cena, o antes de acostarte, escribe solamente 3 cosas por las cuales estás agradecido/a.  Simplemente con hacer esto durante 7 días aumentas tu estado - o cuota - de felicidad de un 20 a un 30%!!!!Son tan asombrosos los resultados que perduran durante 6 meses!  Nuestro cerebro no está acostumbrado a las prácticas de perdón y gratitud, así que cuando los integramos en nuestras vidas estamos alimentando una área totalmente nueva. Si hay dos emociones que van a funcionar para aumentar tu sistema inmunológico son el PERDON y la GRATITUD.

Así que te invito a que hagas la prueba de practicar la GRATITUD y el PERDÓN  cada día y que busques maneras de reírte a menudo, y vas a ver y sentir los efectos en muy poco tiempo sabiendo que además sus efectos van a durar durante 6 meses! No está mal como medicamento efectivo, verdad?

REWILDING: NOSOTROS Y LOS CABALLOS

La palabra « rewilding » literalmente significa ‘resilvestrando’.

Hay un movimiento global que nació en 1999 por  el conservacionista y activista David Foreman.Hoy en día está impulsado por diferentes iniciativas para resilvestrar nuestro planeta con acciones de conservación y recuperación de espacios naturales y la re-introducción de especies endémicas.

 

Se trata de confiar en que la naturaleza sabe más que nosotros; nosotros solo somos una especie mas entre millones que habitamos este planeta. Permitir que los ecosistemas se auto-gobiernen y auto-gestionen restaura su equilibrio, re-introduciendo especies que ayudan a mantener este ecosistema restaura su equilibrio. Por ejemplo, la re-introducción de herbívoros (cabras, corderos, equinos) en bosques mantendría nuestros bosques limpios y reduciría espectacularmente los riesgos de incendios.

 

Más allá de este movimiento el « rewilding » también tiene que ver con la forma en la que el humano está habitando la tierra y las consecuencias que la sobre-domesticación tiene en nuestra vida cotidiana.

Si te pregunto ¿qué crees que está sobre-domesticado en tu vida, cuál sería tu respuesta? ¿Somos conscientes que nos afecta mucho más profundamente de lo que somos conscientes?

 

En cuerpo y mente no hemos evolucionado para supeditarnos a la tecnología. La sociedad moderna nos ha empujado a vivir en un entramado que nos anula, por ejemplo depender de sueldos, que para ser conseguidos requieren del sacrificio de nuestro tiempo. Nuestros núcleos de familia se han visto gravemente afectados por esta entrega desmesurada e injusta de nuestro tiempo. Parece que nuestro tiempo para producir para otros es más importante que nuestro tiempo para nuestras familias y nosotros mismos. Este desequilibrio está causando estragos a todos los niveles. La cantidad de depresiones entre la juventud es escalofriante y lo peor es que no se está reaccionando suficientemente. Vivimos en un desastre medioambiental y social.

Lo salvaje no es algo alienado ni alejado de nosotros, somos seres salvajes que nos hemos visto atrapados en una sociedad que glorifica la domesticación apartándonos de nuestra naturaleza. La sobre-domesticación nos está enfermando física y mentalmente.  Si trabajamos al lado de la naturaleza en lugar de en contra de, los beneficios son casi instantáneos. Re-aprender a vivir en nuestra casa natural, la Tierra, es volver a nuestros orígenes. Evidentemente esto requiere salirse de nuestra zona de confort.

 

Hay frases que escucho decir bastante como: «conectarse con la naturaleza», «necesito la naturaleza para conectarme», «me siento conectad@ en la naturaleza»… para mencionar unos cuantos. ¿Cómo nos hemos olvidado de que somos naturaleza y obviamente parte de ella? Cada uno de nosotros somos literalmente un ecosistema formado por los microorganismos y elementos que componen la hidrosfera, la litosfera, la atmósfera y la biosfera. Somos parte de un enorme tejido de interespecies que habitamos en la Tierra. ¿Qué nos hace pensar que somos algo diferente a la mosca que vuela, la hierba que crece, el viento que sopla, el pájaro que canta?

 

Desde hace 40 años vivo alejada de las ciudades e incluso pueblos. He buscado vivir lo más aislada que he podido del bullicio. Mis jardines no han sido domesticados, dejo crecer libremente las plantas y eso atrae a un sinfín de insectos que polinizan. No he domado a mis Caballos, con el tiempo nos hemos entendido, y la verdad, tampoco les pido nada así que nuestra convivencia es pacífica y respetuosa. Me he mudado de país para darles una mejor vida con muchísimo más espacio que les provee de comida en el suelo durante gran parte del año. Tampoco he adiestrado a mis Perros, también, con el tiempo hemos establecido un orden sin dominancia. Mis tres hijos se han criado en el campo, entre animales. Ahora mis dos nietas también viven en medio del bosque. Dirí­a que toda mi vida he abrazado mi lado silvestre y salvaje. En algunos casos me ha traí­do problemas pero, sobretodo, me ha dado libertad.

 

« Tener una mente salvaje es tener una mente completa. Las personas con mentes salvajes son aquellas que han cultivado y encarnado su integridad humana innata: todo el espectro arco iris de capacidades, talentos y sensibilidades que constelan nuestro derecho evolutivo de nacimiento. », doctor en psicología Bill Plotkin.

 

Si en lugar de realizar clases, terapias, coaching, reuniones, etc. en lugares cerrados se realizaran en lugares abiertos, ¡cuán diferentes serían los resultados! Dedicándome al Coaching con Caballos por más de 18 años he constatado que mas allá del beneficio de las propias sesiones está el hecho de permitirse ser vulnerable en un lugar abierto con horizonte, sol, viento, lluvia…. Porque además, se produce una conjugación con todo lo que nos envuelve para formar parte de las sesiones. Todo el entorno participa en una sesión y los simbolismos que un cliente encuentra en pájaros, mariposas, ráfagas de viento, nubes, sol, sonidos, etc. tienen un valor incalculable.

 

Por mucho que queramos domesticar algunos animales, como el propio Caballo, reside en su naturaleza una fuerza indómita. Personalmente es lo que más me atrae de ellos. Es una expresión de libertad que gran parte de la humanidad ha perdido. Las personas « indómitas » son tachadas por la sociedad porque se niegan a aceptar la domesticación impuesta, a los Caballos se les tacha de « difíciles » por usar una palabra suave. En ambas especies el sometimiento puede hacer aflorar el alma indómita.

 

Como humanos, rediseñarnos para poder abrazar un cambio es vital. Es obviamente imprescindible tomar conciencia y abrir consciencia, pero tal y como decimos en coaching: « si no hay acción no hay cambio. »

Así que te invito a que te plantees ¿qué acciones puedes tomar tú para resilvestrar tu vida y tu entorno?

CONSIDERACIONES DEL CABALLO EN SESIONES

Los Caballos que trabajan con nosotros en especialidades de acompañamiento: coaching, educación, aprendizaje, etc., u otras especialidades como la psicoterapia y tantas otras ofertas que surgen últimamente, se merecen una mención y atención especial. 

Es magnífico observar que hay un despertar de conciencia colectiva que aumenta de año en año en el campo del crecimiento personal. Mi trabajo me pone en contacto con mucha gente de países y culturas diferentes; veo este despertar constantemente y su crecimiento es exponencial. Se incorporan a los Caballos en todo tipo de actividades para el beneficio de los humanos y su crecimiento personal.

Sin duda, en el siglo XXI, los Caballos están disfrutando de un lugar entre humanos que antes no tuvieron. Nos encontramos muchas referencias nombrándolos 'maestros', 'coaches', 'sanadores', etc. Vemos en las redes como crece la oferta y la demanda para incluir a Caballos en un sin fin de especialidades y actividades que brindan múltiples beneficios al humano en su desarrollo personal, laboral, crecimiento, mejora y bienestar. Sin embargo, en ocasiones con algunas propuestas, me surge una sensación que proviene de la tripa; algo no me encaja. Tengo la sensación de que a veces no se tienen en cuenta las repercusiones. Veo ofertas en las que pienso ¿es necesario involucrar a los Caballos en todos nuestros temas profundos, problemas, bloqueos, malestares, tristezas?

Hablando sin pelos en lengua, ¿es imprescindible hacerles partícipes de nuestra mierda siempre…? 
Desde la mas absoluta sinceridad y respeto hacia los Caballos con los que trabajamos, ¿se tiene en cuenta si se cargan demasiado?
¿Observamos a los Caballos lo suficiente, con la curiosidad y conocimientos necesarios sobre el comportamiento equino, para poder detectar los indicios de que les hemos sometido a demasiado estrés?
Si nos damos cuenta, ¿qué hacemos al respecto para aliviarles?
¿Les consideramos como de igual a igual; nuestros compañeros de equipo y vida, o decimos que les utilizamos para ésta u otra actividad?

Los Caballos no están aquí para satisfacer nuestro ego: responden a él.
No están para resolver todos nuestros problemas: responden a cómo nos relacionamos con ellos y la carga que nos suponen.
No están para ser los portadores de nuestras cargas emocionales: responden a nuestras emociones.
No están para curar nuestras adicciones: responden al estado de incongruencia que conlleva una adicción.
No están para curar nuestras depresiones: responden a ellas.
No están para resolver temas familiares que se arrastran desde generaciones: responden a la red energética que se teje cuando se tratan estos temas y a la propia carga generacional.
No están para sanarnos: reaccionan a los estados emocionales y a los cambios de estos.

Los Caballos responden a nuestras emociones, a nuestros estados de ánimo, a lo que pensamos cuando estamos con ellos y a quienes somos. El ojo del Caballo nos atraviesa llegando al núcleo de nuestro ser. No nos podemos esconder de la mirada de un Caballo. No saben vernos de otra manera que no sea quienes somos auténticamente; con nuestra luz y sombra.

Sólo hay una manera de ver su comportamiento después de su intervención en cualquiera de las especialidades en las que les incorporamos: convivir con ellos, puerta con puerta, día tras día, año tras año. El Caballo vive a Tiempo Caballo, sus reacciones a veces no son inmediatas, a veces no son extraordinariamente perceptibles. Si es una manada, ésta se debe conocer en profundidad para poder detectar cambios y comportamientos que nos avisan de la carga que haya podido suponer una sesión, intervención, taller, formación, etc.

Hay trabajos que son demasiado densos para que los Caballos los puedan gestionar. Hay Caballos y Caballos; no todos son iguales. Los hay demasiado sensibles o jóvenes. Los hay que no soportan la incongruencia humana porque no la entienden y les incomoda hasta el punto de sentir que tienen que huir o defenderse.

Hay situaciones en sesiones que producen una tensión mayor al la que un Caballo puede gestionar o manejar. En el mejor de los casos, lo normal es que el Caballo quiera irse de la pista en la que está trabajando, o se desplace lo más lejos posible. En el peor de los casos el Caballo responderá con toda claridad: agresivamente, buscando la huida a la situación a toda costa, actuando de forma violenta con los demás Caballos presentes o, por ejemplo, poniendo en peligro a los humanos que están allí. Personalmente he podido vivir muchas y muy diversas reacciones y respuestas.

Mi preocupación me llevó a consultar este tema con dos grandes comunicadoras de animales de renombre internacional, una española y la otra británica. Ambas concidieron en que hay emciones humanas que a los Caballos les pesan demasiado y hay actividades en las que no deberían estar. 

Llevo unas 4000 horas de sesiones a mis espaldas con los Caballos de casa y otros lugares del mundo. Convivo con la manada desde hace más de 25 años, son mi familia; once caballos, hasta ahora, han formado parte de ella; unos ya no están, otros se incorporaron, pero es la misma manda y los conozco: cada una de sus expresiones, protocolos, hábitos y conductas. Les he observado y les observo a diario, cuando mi trabajo no me obliga a estar lejos de casa.

No todas las especialidades son iguales, y no todas necesariamente producen situaciones en las que el humano se quiebra o el tema es particularmente complicado. La cuestión es que si ocurre, ¿qué se hace después para aliviar al Caballo? o ¿cuánta observación y conocimientos tiene el facilitador sobre su compañero de trabajo equino para saber detectar cuándo algo no va bien?

Dejé de hacer ciertas actividades con los Caballos, entre ellas constelaciones, porque algunas sesiones eran francamente demasiado densas. El comportamiento de mis Caballos no era el mismo los días después. No estaban bien y fui testigo de ver situaciones feas, por ejemplo cómo se atacaban violentamente entre ellos durante una sesión en la cual se trabajó un tema de asesinatos múltiples en la Guerra Civil española. Durante días después toda la manada estaba apática: comieron menos, no hubieron juegos y su conducta habitual varió. Había una quietud y silencio anormales.  Evidentemente hubieron sesiones las que la persona que constelaba sacaba un tema light, pero hubieron otras que no. Al no poder controlar qué temas saldrían para ser consteladas, preferí no arriesgar el bienestar de mis Caballos. En mi blog escribí sobre este tema hace 4 años.

Durante una certificación, en las jornadas de puertas abiertas, también ocurrió algo anormal. Estas jornadas se hacen para convidar a personas ajenas a la certificación a que hagan de “clientes” de nuestros alumnos para poder practicar sesiones de Coaching con Caballos. Se apuntó una persona que arrastraba algún tema muy oscuro que no permitimos se trabajara en la sesión ya que no era competencia para coaching. Así y todo, trabajando otro tema, la oscuridad de esta persona pesó durante la sesión. Habían dos caballos en pista: Ilun, entonces un potro pottoka de dos años y Trysor, un poni Shetland de 12 años.  Antes de finalizar la sesión ambos, literalmente, se derrumbaron al suelo y permanecieron inmóviles durante tiempo. Nos preocupamos bastante. Mi socio Sergio y yo comprendimos que hubo demasiada carga emocional para ellos y estuvimos vigilantes el resto del día. Obviamente no volvieron a trabajar hasta que vimos que estaban totalmente recuperados.

Cuando se da una sesión particularmente compleja estoy muy atenta al comportamiento de los Caballos. Igualmente estoy atenta a la energía del cliente y su estado de congruencia. Jamás obligo a mis compañeros a permanecer en la pista si quieren salir. Utilizo esa necesidad del Caballo para trabajarlo con mi cliente y abro la puerta para que se vaya el que quiera. Es más, cuando viene un cliente y caminamos hacia la pista solamente participa el/los Caballos que se apuntan voluntariamente. Nunca les obligo a entrar en pista si no quieren; el que viene es porque quiere y algo tendrá que decir, el que no viene es porque en ese momento no le interesa. De esta manera me aseguro de estar trabajando con el compañero que quiere estar en la sesión.

Un Caballo nos puede mostrar lo mejor y lo peor de nosotros mismos por las respuestas que tiene cuando estamos con él. En ambos casos siempre es una bendición; un regalo que nos brinda. El Caballo es generoso con el humano por naturaleza, esta generosidad debería ser bidireccional. Nos sentimos bien con solo estar cerca de un Caballo porque su frecuencia cardíaca es coherente, con un patrón suave, y el nuestro llega a sincronizarse con la suya, proporcionándonos bienestar.  Este bienestar va desde reducir el estrés, mejorar la degeneración articular hasta el aumento de niveles de DHEA (dehidroepiandrosterona: una hormona esteroide que las glándulas suprarrenales producen de forma natural. Conocido popularmente como la hormona de la juventud).

Si estamos en una era de despertar, también podemos despertar en la conciencia de estar más atentos a si realmente es necesaria e imprescindible la colaboración de los Caballos en tantas especialidades en las que se les incluyen. Podemos estar más atentos a cómo están después, observando sus micro gestos y su estado de ánimo. Si no se convive con ellos quizás fuera interesante pasar horas después de una sesión para observarlos y calibrar si hay diferencias de una sesión a otra.

Se merecen toda nuestra atención y amor. Sin ellos jamás hubiéramos llegado a evolucionar tan rápidamente como lo hemos hecho, y seguramente, no de la misma manera. Ahora nos acompañan en nuestro propio crecimiento en decenas de actividades y espcialidades diferentes. Siempre han estado a nuestro lado ayudándonos. Llevan milenios acompañándonos y estando a nuestro servicio: estemos al suyo ahora de igual a igual.

Una profesión en pleno auge: el Coaching con Caballos.

En España, hoy en día,  hay cerca de 125 personas formadas en Coaching con Caballos - CcC - por la EICCE (Escuela Internacional Coaching con Caballos Equilibri). En Latinoamérica hay más de 50. (ver alumnos acreditados por la EICCE). Un 80% de ellas se dedican a esta profesión y/o la complementan con otras especialidades con Caballos como son la equinoterapia, la hipoterapia, la educación emocional, el aprendizaje o la psicoterapia.

Cada vez hay más demanda entre el público para recibir sesiones de CcC. Han pasado 13 años desde que Equilibri introdujo el Coaching con Caballos en España y 7 en Argentina.  Miles de sesiones han evidenciado la eficacia y beneficios a corto plazo que produce el CcC. Una encuesta realizada por Equilibri en el año 2015 evidenció la rapidez en los logros conseguidos a través de sesiones de CcC. Es más, la mayoría de personas encuestadas coincidieron en que lo preferían a otros acompañamientos que habían probado. El cambio que experimentan los clientes en sus vidas es, en muchas ocasiones, de una magnitud importante, sobre todo si ha hecho un proceso de coaching (varias sesiones de CcC hasta que el cliente consigue aquella meta que se ha propuesto).  Asimismo, muchas de las personas que se han formado con la EICCE han vivido grandes transformaciones a partir de la certificación. No es de extrañar ya que el mínimo de horas lectivas que recibe un alumno son 176 horas + 80 horas de prácticas. La certificación la llamamos cariñosamente “un viaje sin retorno” porque el trabajo personal que involucra convertirse en un profesional del CcC es importante y profundo.

Y es que el Coaching, como lo entendemos desde la EICCE, es una forma de vida. Uno no puede ponerse el "traje de Coach" para una sesión y quitársela al acabar. La filosofía del coaching se impregna en quienes somos y como transitamos por nuestro día a día. Se convierte en una filosofía de vida. Ser Coach es vocacional; es disfrutar estando al servicio de otras personas acompañándolas en su viaje hacia sus metas, sus sueños, sus cambios deseados.

Compartimos nuestra vida y trabajo con Caballos; son parte de nuestro equipo de trabajo desde la igualdad y el respeto. Aprendemos a escucharlos y comprender sus interacciones. No los utilizamos. Con cada sesión comprendemos más qué les gusta de nosotros y qué prefieren evitar. Sabemos qué estados emocionales humanos les causan confusión; cuales les atraen. Aprendemos a sintonizar con ellos y afinar nuestras percepciones hasta que nos convertimos en receptores el uno del otro y trabajamos al unísono estando al servicio de nuestros clientes.

El CcC tiene mucho que ofrecer a la humanidad. La filosofía de la EICCE, desde sus inicios, ha sido trabajar para crear un mundo mejor para Humanos y Caballos. Nuestros alumnos son grandes divulgadores de esta filosofía. Sus propias vidas dieron un giro y han podido experimentar la satisfacción que produce acompañar a una persona, con la ayuda de los Caballos, a conseguir aquello que se han propuesto. Nuestro modelo de Coaching se fundamenta en el Coaching Humanista, es decir, no es en absoluto directivo, y confiamos plenamente en que nuestros clientes tienen todo lo que les hace falta para encontrar sus propias respuestas. Nuestro papel es simplemente la de acompañarles en su viaje desde la neutralidad y sin juicios. Al fin y al cabo, quién sabe mejor lo que le conviene en su vida que uno mismo? 

Sin duda alguna, esta nueva profesión que está en auge, es una de las más bellas que existe. Si eres una persona que ama la naturaleza, los animales y estás dispuesta a comprometerte contig@ mism@ en tu desarrollo personal como algo que jamás tendrá fin, esta profesión puede ser la respuesta a ese cambio de vida que buscas.

LA IMPECABILIDAD PROFESIONAL

Llevo trabajando exclusivamente en Coaching con Caballos - CcC - desde el año 2007 pese a que comencé mi formación con Eagala en el 2005 y trabajé 2 años bajo su modelo.

En todos estos años he visto un sinfín de personas que anunciaban sus servicios en CcC, o similares,  aparecer y desaparecer. La gran mayoría no tenían formación alguna y si la tenían era una formación de pocas horas, y posteriormente, no invirtieron tiempo en su educación continuada.

El CcC es una profesión nueva que corre el riesgo de ganarse una mala reputación si se sigue ejerciendo una mala praxis como es por ejemplo: atender a clientes con depresiones, abusos, enfermos oncológicos, patologías, etc. También, aquellos coaches que se convierten en mentores siendo directivas y dándole soluciones o sugerencias a sus clientes. En definitiva, cualquier práctica, que se salga del código ético y deontológico del Coaching per se, nutre la creencia de que ésta es una profesión poco seria y por ende, da una mala reputación al CcC.

Me he encontrado, en más ocasiones de las que me hubiera gustado, en situaciones sociales en las cuales alguien había asistido a una sesión, un taller o una formación de CcC y salieron con un mal sabor de boca. En todos los casos, sin excepción, el “Coach con Caballos” había hecho una mala praxis:

  • no sabía de Caballos
  • daba soluciones o corregía
  • la temática de la sesión no estaba dentro del código ético o deontológico del coaching
  • conducía la sesión desde su propia agenda
  • su ego y sus ganas de que la sesión fuera un éxito se antepuso a las necesidades de sus clientes
  • no tenía formación alguna
  • no tenía formación específica en CcC
  • había asistido a un taller de CcC y se puso a ofrecer sus servicios como profesional al poco tiempo
  • había sido formado como parte de un equipo como especialista equino y comenzó a hacer talleres y/o sesiones solo
  • decía que tenía una certificación cuando era falso
  • la única motivación profesional era el dinero
  • trabajaba bajo los efectos de estupefacientes

Si un Coach con Caballos cae en la fácil trampa que tiende su ego y comienza a aceptar sesiones que no se rigen por la ética del Coaching, está echando a perder su integridad profesional, por no mencionar las horas y euros que le costaron su formación, si la hubo.

Es un deber de todo profesional en CcC trabajar con rigor e impecabilidad. Para los que nos dedicamos, sabemos que no es fácil. A veces, los talleres no se llenan o se tiene que cancelar. Las facturas se amontonan. Éste es un trabajo de temporada, en invierno se trabaja poco porque el cliente, típicamente, no quiere pasar frío! Pero, si eres un Coach con Caballos, tu motivación principal tiene que estar en tu vocación de estar al servicio de las personas para acompañarlas en su proceso, sosteniendo, escuchando y amándolas. Tu pasión por los Caballos debe estar por encima de todo y una buena parte de tus ganancias tienen que destinarse al bienestar de tu(s) compañero(s) de trabajo. Ver fotos en redes sociales de personas que facilitan talleres, formaciones, etc. con Caballos que están delgados y/o en malas condiciones es una mala tarjeta de presentación.

Sólo desde el amor se puede hacer este trabajo.

La necesidad de mantener una imagen limpia del CcC depende de las ganas que se tengan de seguir dedicando la vida al CcC. Como meta, en 20 años, cuando el CcC cumpla medio siglo, apostemos por un rigor profesional que eleve esta profesión y todos nos beneficiaremos, incluidos nuestros compañeros los Caballos. Los futros clientes serán aquellos que hayan oído maravillas y es la responsabilidad del profesional no desviarse y mostrarse como un profesional de excelencia. 

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