Llueve desde el Domingo 15 de Junio, día en que se concluyó la 8ª edición de la certificación EICCE (Escuela Internacional Coaching con Caballos Equilibri). La lluvia purifica. Hay un silencio inhabitual, un silencio con memorias de risas, voces, emociones, preguntas. Después de finalizar cada certificación siempre viene el bajón. La manada también descansa; hay una energía especial entre ellos. Se mueven menos. Están más atentos y cariñosos conmigo. Compartimos en silencio y respeto; cada uno busca o da algo que el otro tiene. Tiempo Caballo.
Un grupo de personas adquiere una identidad particular; en si es como si tuviera su propia personalidad. Por primera vez, hemos formado un grupo compuesto exclusivamente por mujeres. La energía ha sido muy diferente a cuando hay hombres. Las mujeres en un contexto de formación, aprendizaje y desarrollo personal no admiten medias tintas. Ha sido sumamente interesante. Este grupo multicultural formado por 8 mujeres de España, Rumanía, Venezuela y Colombia se ha entregado en alma al aprendizaje, a su proceso personal y a su propio cambio. La energía unificada se manifestó con la aparición de un corzo al comienzo de la formación y antes de comenzar aparecieron 7 águilas volando en círculo durante un tiempo largo. Sabía que sería una formación especial.
Por primera vez, desde que Equilibri lanzara su propia certificación, todas las alumnas han aprobado, por lo tanto ya hay 8 profesionales más de Coaching con Caballos con sus 176 horas de formación y camino de realizar sus 80 horas de prácticas.
Último día de clases. Las almas unidas.
Después de cada certificación, mi compañero de trabajo, amigo y socio Sergio Vidal constatamos de que cada uno de los módulos que ofrecemos son absolutamente indispensables para poder integrar la complejidad de este trabajo. Siempre aprovechamos durante los días de formación para tomar nota de ideas que surgen y las hojas de feedback que nos entregan los alumnos son de gran ayuda para mejorar.
Durante los días de formación hay jornadas de prácticas supervisadas en las cuales abrimos las puertas de Equilibri para aquellas personas que han demostrado tener interés por esta formación y también invitamos a antiguos alumnos a participar. Todos ellos se convierten en los clientes de nuestros alumnos en formación y reciben una sesión de coaching. Es una oportunidad para reencontrarnos con nuestros alumnos (que ya se han convertido en amistades) y ponernos al día al tiempo que ellos pueden refrescar y aprender los nuevos conceptos que vamos introduciendo. Paso a paso hemos creado una formación que mejora con el tiempo y siempre evoluciona.
El Coaching con Caballos es una profesión que se adapta a los cambios de la vida. Nuestra propia formación continuada nos aporta herramientas y experiencias que aplicamos a la certificación.
Después de una formación estoy cansada, pero es un cansancio grato, nutrido; saber que una vez más nos hemos entregado al 100% en este largo viaje en el que acompañamos a nuestros alumnos que, a su vez, llegarán a acompañar a sus clientes para que sean mejores personas y vean a los caballos como los maestros que son.
Gracias manada de maestros y a todos los animales que nos habéis acompañado en este viaje. Gracias Carme, Andrea, Juanita, Erika, Maribel, Noèlia, Noemí y Sandra por confiar en nosotros y tener el temple que se requiere. Gracias Aurora que nos alimentas con amor y esmero. Gracias Sergio, mi gran amigo y compañero en este gran viaje sin fin, donde comulgamos en mostrar la otra cara del Caballo, aquella que es la menos conocida y sin embargo la más hermosa porque nos permite ser quiénes somos.
