Llevo trabajando exclusivamente en Coaching con Caballos - CcC - desde el año 2007 pese a que comencé mi formación con Eagala en el 2005 y trabajé 2 años bajo su modelo.
En todos estos años he visto un sinfín de personas que anunciaban sus servicios en CcC, o similares, aparecer y desaparecer. La gran mayoría no tenían formación alguna y si la tenían era una formación de pocas horas, y posteriormente, no invirtieron tiempo en su educación continuada.
El CcC es una profesión nueva que corre el riesgo de ganarse una mala reputación si se sigue ejerciendo una mala praxis como es por ejemplo: atender a clientes con depresiones, abusos, enfermos oncológicos, patologías, etc. También, aquellos coaches que se convierten en mentores siendo directivas y dándole soluciones o sugerencias a sus clientes. En definitiva, cualquier práctica, que se salga del código ético y deontológico del Coaching per se, nutre la creencia de que ésta es una profesión poco seria y por ende, da una mala reputación al CcC.
Me he encontrado, en más ocasiones de las que me hubiera gustado, en situaciones sociales en las cuales alguien había asistido a una sesión, un taller o una formación de CcC y salieron con un mal sabor de boca. En todos los casos, sin excepción, el “Coach con Caballos” había hecho una mala praxis:
- no sabía de Caballos
- daba soluciones o corregía
- la temática de la sesión no estaba dentro del código ético o deontológico del coaching
- conducía la sesión desde su propia agenda
- su ego y sus ganas de que la sesión fuera un éxito se antepuso a las necesidades de sus clientes
- no tenía formación alguna
- no tenía formación específica en CcC
- había asistido a un taller de CcC y se puso a ofrecer sus servicios como profesional al poco tiempo
- había sido formado como parte de un equipo como especialista equino y comenzó a hacer talleres y/o sesiones solo
- decía que tenía una certificación cuando era falso
- la única motivación profesional era el dinero
- trabajaba bajo los efectos de estupefacientes
Si un Coach con Caballos cae en la fácil trampa que tiende su ego y comienza a aceptar sesiones que no se rigen por la ética del Coaching, está echando a perder su integridad profesional, por no mencionar las horas y euros que le costaron su formación, si la hubo.
Es un deber de todo profesional en CcC trabajar con rigor e impecabilidad. Para los que nos dedicamos, sabemos que no es fácil. A veces, los talleres no se llenan o se tiene que cancelar. Las facturas se amontonan. Éste es un trabajo de temporada, en invierno se trabaja poco porque el cliente, típicamente, no quiere pasar frío! Pero, si eres un Coach con Caballos, tu motivación principal tiene que estar en tu vocación de estar al servicio de las personas para acompañarlas en su proceso, sosteniendo, escuchando y amándolas. Tu pasión por los Caballos debe estar por encima de todo y una buena parte de tus ganancias tienen que destinarse al bienestar de tu(s) compañero(s) de trabajo. Ver fotos en redes sociales de personas que facilitan talleres, formaciones, etc. con Caballos que están delgados y/o en malas condiciones es una mala tarjeta de presentación.
Sólo desde el amor se puede hacer este trabajo.
La necesidad de mantener una imagen limpia del CcC depende de las ganas que se tengan de seguir dedicando la vida al CcC. Como meta, en 20 años, cuando el CcC cumpla medio siglo, apostemos por un rigor profesional que eleve esta profesión y todos nos beneficiaremos, incluidos nuestros compañeros los Caballos. Los futros clientes serán aquellos que hayan oído maravillas y es la responsabilidad del profesional no desviarse y mostrarse como un profesional de excelencia.